El compromiso al que apeló el Papa, siguiendo la línea de sus predecesores y las posturas reiteradas de la Santa Sede, es el de “construir un mundo más seguro y libre de la amenaza nuclear”. Según afirmó, esto “debe perseguirse mediante el encuentro respetuoso y el diálogo sincero para construir una paz duradera, fundada en la justicia, la fraternidad y el bien común”.
En esa línea, el Obispo de Roma, quien en su catequesis instó a “construir puentes donde hoy hay muros”, extendió su invitación a “todos los países” del mundo para que se unieran no en alianzas o facciones, sino para “apoyar la causa de la paz”. Una causa que, en esta era de la tercera guerra mundial “en pedazos”, parece, según sus palabras, cada vez más lejana. “Nadie debería amenazar jamás la existencia del otro. ¡Es deber de todos los países apoyar la causa de la paz, iniciando caminos de reconciliación y favoreciendo soluciones que garanticen la seguridad y la dignidad para todos!”, concluyó el Santo Padre.